Las comunidades energéticas se presentan como una pieza clave para un futuro sostenible, en el que colectivos de personas generan su propia energía de forma renovable y autosuficiente. De esta forma, se evita depender de grandes empresas y de combustibles fósiles.
¿Qué son las comunidades energéticas?
Las comunidades energéticas son aquellas que se construyen para beneficiarse colectivamente de las mismas instalaciones para el autoconsumo energético. De esta manera, un grupo grande de personas pueden producir energía para su propio uso. Al mismo tiempo, pueden aprovechar al máximo la capacidad de generación del sistema elegido. Se trata de un modelo que no es nuevo, pero en los últimos tiempos ha ido ganando relevancia, hasta el punto de haberse reconocido un estatus legal y jurídico, de cara favorecer una transición energética a un modelo libre de emisiones de CO₂.
Una de las comunidades energéticas ejemplares es la ciudad de Slavutych, que se fundó para alojar a los habitantes de Prípiat, afectados por el desastre nuclear de Chernóbil. Hoy día se la conoce también como Sonyachne Misto, que significa ‘pueblo solar’. Fue a partir de 2018 cuando empezó a tomar forma el proyecto, impulsado por un grupo de ciudadanos, que con el apoyo del Ayuntamiento pudieron instalar hasta tres plantas fotovoltaicas, con las que pueden autoabastecerse y obtener un retorno económico regular. Pero la historia de Slavutych no es la única, de hecho existen cerca de 1.800 comunidades energéticas en Alemania, 700 en Dinamarca y 500 en los Países Bajos. En España, por el momento, hay 33 registradas.

¿Qué se entiende como comunidad energética en la Unión Europea y España?
Según está recogido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 de España, una comunidad energética, para considerarse como tal, debe incluir dos conceptos.
- Comunidad de energías renovables, que se podrá enfocar a todos los proyectos comunitarios que impliquen la utilización de fuentes de energía renovables como la fotovoltaica o la eólica.
- Comunidad ciudadana de energía, que abarca todos los proyectos energéticos destinados al grupo, como la distribución, el suministro, el consumo, el almacenamiento, la agregación o la prestación de servicios energéticos, y la recarga para coches eléctricos.
El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) describe a la comunidad energética como una entidad jurídica compuesta por socios, que pueden ser personas físicas, empresas, asociaciones o administraciones públicas. Funciona como una cooperativa que establece determinados objetivos para el autoconsumo energético o para el beneficios de terceros.
En la Unión Europea, las comunidades energéticas tienen que estar reconocidas legalmente por el Clean energy for all Europeans package, donde la Directiva Europea establece las normas que se deben cumplir de acuerdo con la revisión de la Directiva Europea de Energías Renovables de 2018 y el mercado interior de la electricidad de 2019.
Actividades de las comunidades energéticas
Las comunidades energéticas pueden llevar a cabo diversas actividades, de las cuales se desprenden una serie de beneficios para todos los participantes. Estas son algunas de las principales:
- Generar energía procedente de fuentes renovables, como la energía solar o la eólica.
- Proporcionar diferentes servicios de eficiencia energética a las viviendas, incluyendo la renovación de edificios.
- Suministrar, consumir, agregar y almacenar energía para su posterior distribución.
- Prestar un servicio comunitario de recarga de vehículos, además de otros servicios energéticos.
Ventajas de las comunidades energéticas
Las comunidades energéticas ofrecen muchas ventajas a todos los niveles, ya que permiten aprovechar los recursos energéticos en el lugar en donde están, y esto supone una forma más que interesante de reorganizar los sistemas de producción y distribución de energía. Estas son algunas de las ventajas más destacables:
- Permite un mayor ahorro económico a todos los ciudadanos que participan. Es también una solución a la pobreza energética, ya que favorece el suministro también a las personas con menos recursos.
- Reduce la huella de carbono, pues contribuye al necesario abandono de las energías fósiles.
- Evita la dependencia de las compañías eléctricas convencionales, y, por otro lado, aumenta la competitividad en la industria de las energías renovables.
- Mayor eficiencia en el consumo, puesto que no hay que no se pierde nada en el transporte y la distribución.
- Se produce un mayor desarrollo de la economía local, porque crea empleo y estimula la creación de un tejido comunitario en el que los beneficios se pueden reinvertir en la propia comunidad.
- Permite una implantación de energías renovables, desde una perspectiva respetuosa y comprometida, por y para la comunidad, sin recurrir a grandes proyectos gestionados por empresas ajenas a los ciudadanos.
Ayudas y subvenciones para las comunidades energéticas
Como hemos visto, las comunidades energéticas tiene una importante presencia en otras regiones de Europa; sin embargo, en España, también se están intentando promover. Es por ello que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha decidido poner a disposición de los ciudadanos dos convocatorias de ayudas para proyectos piloto de comunidades energéticas, conocido como programa CE IMPLEMENTA.
Estas subvenciones están dotadas con 40 millones de euros para impulsar la eficiencia energética, la innovación social y la participación de las comunidades en las energías renovables. Este programa se enmarca dentro del Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia (PRTR) para la ejecución de los fondos Next Generation EU, donde se identifica a las comunidades energéticas como un punto clave para la transición energética.
Si formas parte de una comunidad de vecinos que se está planteando pasarse a la energía fotovoltaica, contacta con EFC Solar para resolver cualquier duda o iniciar cuanto antes el proyecto.