Ante la actual situación de emergencia climática, son muchas las personas que desean contribuir a hacer de nuestro entorno un lugar más limpio y sostenible. Pequeños gestos como la instalación de paneles solares fotovoltaicos o paneles térmicos en nuestras tejados contribuyen a reducir el impacto medioambiental a la vez que se reduce la factura a fin de mes. El problema se presenta cuando el consumidor comienza a informarse. Placas fotovoltaicas, placas térmicas, baterías … el abanico de opciones es importante y no siempre se dispone del tiempo y / o conocimientos necesarios para estar seguros de qué opción es la mejor para nuestros hogares.
En este artículo explicaremos las diferencias entre la tecnología solar térmica y la tecnología solar fotovoltaica para tratar de poner luz en esta decisión.
Energía solar térmica
Los paneles solares térmicos se basan en el principio de convertir la energía del sol en calor para calentar el agua corriente de la vivienda. El principio de funcionamiento no es otro que exponer tubos metálicos a la radiación solar mientras circula agua o un fluido de refrigeración. Estos sistemas permiten pues reducir el esfuerzo de la caldera, minimizando el consumo de gas, o electricidad en función de su fuente de energía. Es una tecnología sencilla sobre la que existen alternativas DIY (Do It Yourself) con resultados bastante satisfactorios o fabricantes reputados que llevan años trabajando en el sector.

Sin los paneles térmicos también tienen grandes contrapartidas. En primer lugar, su funcionamiento mecánico y la presencia de agua en su circuito hace que tengan una vida útil muy reducida respecto a los paneles fotovoltaicos. Además, a pesar de ser excelentes generadores de agua caliente, tienen una mayor producción cuando la necesidad es mínima (verano) mientras que pierden capacidad cuando más necesarias son (invierno). Así pues, si se quiere una instalación que cubra la demanda de agua caliente en invierno, habrá sobredimensionar el sistema, generando un gran excedente en verano. Si por el contrario se prefiere cubrir la demanda estival, en invierno hará falta mucha energía externa para calentar el agua. Por último, son susceptibles a congelación durante el invierno, lo que obliga a instalar sistemas de protección.
Energía solar fotovoltaica
Los paneles solares fotovoltaicos se basan en el efecto fotovoltaico, descubierto por Alexander Edmond Becquerel en 1839. Según este principio, los materiales semiconductores dotados de ciertas propiedades, generan una diferencia de voltaje cuando son expuestos a la luz. Del mismo modo que lo hace una pila, el panel fotovoltaico genera una diferencia de voltaje que se traduce en corriente eléctrica una vez se conectan los dos bornes mediante un circuito externo. Es una tecnología compleja de fabricar pero sencilla de operar y que se aplica a escala industrial desde 1956. En un primer momento su coste prohibitivo hacía que sólo se utilizara para alimentar satélites aeroespaciales. A día de hoy, los avances técnicos han reducido el coste unos 1500 veces asegurando la viabilidad de la tecnología fotovoltaica residencial.

Su principal ventaja respecto a las placas térmicas es la versatilidad de la energía eléctrica comparada con la energía térmica. Mientras que la energía térmica sólo es útil a la hora de calentar, la energía eléctrica se puede convertir en movimiento, calor, luz, sonido … lo que hace que la energía generada en las placas fotovoltaicas se aproveche en cantidades mayores y durante todo el año. Además, la tecnología fotovoltaica tiene un ciclo de vida de unos 30 años, por lo que requieren menos acciones de mantenimiento y, consecuentemente menos gasto.
Los paneles solares fotovoltaicos se basan en el efecto fotovoltaico, descubierto por Alexander Edmond Becquerel en 1839. Según este principio, los materiales semiconductores dotados de ciertas propiedades, generan una diferencia de voltaje cuando son expuestos a la luz. Del mismo modo que lo hace una pila, el panel fotovoltaico genera una diferencia de voltaje que se traduce en corriente eléctrica una vez se conectan los dos bornes mediante un circuito externo. Es una tecnología compleja de fabricar pero sencilla de operar y que se aplica a escala industrial desde 1956. En un primer momento su coste prohibitivo hacía que sólo se utilizara para alimentar satélites aeroespaciales. A día de hoy, los avances técnicos han reducido el coste unos 1500 veces asegurando la viabilidad de la tecnología fotovoltaica residencial.
Verstalidad y comodidad de la energía solar fotovoltaica
Desde EFC Solar creemos que ambas fuentes son excelentes maneras de ayudar al medio ambiente mientras ahorra en la factura y se contribuye a acabar con los oligopolios energéticos. Sin embargo, pensamos que la versatilidad y comodidad de la energía solar fotovoltaica son clave para su implementación a escala residencial y por eso nos decantamos por esta tecnología.
Si vive en una vivienda unifamiliar y cree que las placas solares podrían ser una buena inversión, no dude en pedir un presupuesto. Cuesta menos de lo que pensáis!
¡Esto no es todo!
Hemos hablado de las placas fotovoltaicas y las placas solares térmicas pero … ¿Y si pudiéramos tenerlo todo? Varios fabricantes están trabajando en paneles híbridos, capaces de generar electricidad por efecto fotovoltaico y al mismo tiempo aprovechar el calor generado al sistema con una instalación térmica. A pesar de ser una tecnología que aún está verde, desde EFC Solar creemos en su potencial de futuro y estamos seguros de que en unos años podremos ofrecer paneles híbridos como parte de nuestro catálogo.